Satanás utiliza hoy en día un instrumento antiguo para
atacar a muchos cristianos y a la humanidad (mayormente a los hombres), el
ataque sexual a través de la
Pornografía , que en los Estados Unidos y el resto del mundo
occidental es un mal que ya tiene estadísticas epidémicas.
En otras épocas, la
pornografía se encontraba sólo en ciertas tiendas de mala fama de los barrios
chinos en cada ciudad; ahora se vende abiertamente. Los autoservicios ofrecen
entre sus artículos de pornografía blanda, fotografías y relatos estimulantes
centrados en la desnudez y en algunos casos en una "sexualidad
normal", todo esto muchas de las veces colocada justo al lado del puesto
del cajero. En la mayoría de las bibliotecas públicas, por ejemplo, los niños al
igual que los adultos pueden conseguir libros sobre sexo muy explícitos con
fotografías de hombres y mujeres desnudos llamando al "sexo seguro".
Durante los últimos años la pornografía ha proliferando, las
revistas pornográficas contienen surtidos de fotos que desafían a toda
imaginación e incluye imágenes de mujeres que están siendo atadas y
amordazadas, violadas, azotadas y maltratadas. Lo "normal" es una
serie de múltiples compañeros de relación en poses heterosexuales, homosexuales
y lesbianas, y el tema subyacente lo constituyen casi siempre la dominación o
la violencia. Las revistas más crudas describen escenas de violaciones por
pandillas, torturas y bestialismo. Algunas de las más populares presentan a
hombres y mujeres manteniendo relaciones sexuales con niños de edades
comprendidas entre los tres y los ocho años e incluso cosas no aptas para
describir en este especial.
La pornografía comienza como un juego que implica a la mente, la
imaginación y la fantasía, en otras oportunidades como curiosidad, aunque
sabemos que es sólo nuestra lujuria la que encuentra esta excusa que tiene
nombre de pornografía y la cual usamos para dar rienda suelta, sin considerar
el Temor a Dios.
La inmoralidad, naturalmente, implica mucho más que la pornografía.
No obstante, en la batalla por la mente, ella representa una de las principales
puertas abiertas a la estimulación ilícita de la imaginación, y la fantasía.
La pornografía tiene algo
que ver con la sociedad indulgente en que vivimos, es parte de la mentalidad
del «yo, me, mi, soy el centro del universo» que se ha apoderado de nosotros.
El tema principal de la pornografía es la masturbación, sea mental o física. La
pornografía tiene que ver con la descripción gráfica del sexo anatómico. No hay
lugar en ella para los sentimientos humanos, donde lo real es que dos personas
compartan lo más profundo de sí mismas.
La pornografía tiene dimensiones transculturales. Algunas personas
que no cuentan con la posibilidad de acceder a la página impresa, los videos
y/o los cines pornográficos, tienen sus propias formas potenciales de
esclavitud a la pornografía. El joven que rompe con un tabú local y practica
regularmente el voyerismo en un entorno tribal está participando en un tipo de
pornografía de su propia cultura tanto como aquél que tiene a su disposición
literatura, películas y tiendas porno.
Esperamos a la luz de la Palabra de Dios desarrollar una iniciativa para
ir en busca de la solución que nos da Cristo a través de Su Palabra; él nos
dice "... y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.",
dejando como precedente que es necesario conocer su raíces, de igual forma a
través de la comprensión del afectado y de una ayuda mutua, es lo que les
permitirá salir de esta esclavitud, en la cual muchos de los nuestros se
encuentran por años esclavizados.
La palabra «pornografía» viene de dos palabras griegas muy
antiguas. La primera es porné, que originalmente significaba prostituta,
y se traduce en el N.T. como «ramera». Aunque el término se refería más que
todo a las mujeres prostitutas, también era aplicado a los varones. Y la
segunda es graphé, que quiere decir imagen, pintura o escritura, y que abarca a
toda clase de símbolos físicos externos que producen excitación sexual en aquellos
que los utilizan. Romanos capítulo 1 nos dice que el estado actual
del hombre se debe a su actitud para con Dios, "...no le glorificaron como
a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y
su necio corazón fue entenebrecido. Por lo cual también Dios los entregó a la
inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron
entre sí sus propios cuerpos..." En la misma carta nos dice "Andemos
como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y
lascivias, no en contiendas y envidia sino vestíos del Señor Jesucristo, y no
proveáis para los deseos de la carne."
La estimulación sexual en
un hombre es una fuerza poderosa, tanto para el bien como para el mal. Mantener
una vida realmente moral en la cultura saturada de sexo de hoy en día es una
verdadera guerra espiritual.
Lujuria - koite (koivth,
aparece 2.845 veces en la
Biblia ), primariamente es un lugar donde acostarse, y luego
lecho, especialmente el lecho conyugal. Denota en Ro. 13.13 una relación sexual
ilícita, lujurias, lascivias, desenfreno sexual.
El último de los pecados sexuales con el que todos peleamos, y que
el apóstol Pablo menciona en su lista de Gálatas 5.19 es, en griego, asélgeia,
que se traduce por «lascivia» en la Reina-Valera de 1960 y por «indecencia» y
«libertinaje» en otras versiones.
La lascivia significa
«ausencia de cohibiciones, indecencia, desenfreno… la idea prominente es de una
conducta desvergonzada». Se utiliza varias veces en el Nuevo Testamento, de
entrega al vicio, corrupción y comportamiento sexual ilícito sin restricciones
ni consideración por los sentimientos de otros. En Efesios 4.17–19, Pablo habla
de personas que "andan en la vanidad de su mente, teniendo el
entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en
ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda
sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de
impureza."
Lascivia y Lascivo tiene dos ascensiones. 1) aselgeia
(ajsevlgeia, aparece 766 veces en la
Biblia ) denota exceso, licencia, ausencia de freno,
indecencia, disolución; «lascivia» (Mc. 7.22) es uno de los males que proceden
del corazón; en 2 Co. 12.21, indica ser uno de los males de los que habían sido
culpables algunos en la iglesia en Corinto; en Gl. 5.19, se le clasifica entre
las obras de la carne; en Ef. 4.19, entre los pecados de los regenerados que
«perdieron toda sensibilidad»; igualmente en 1 P. 4.3; en Jud. 4, de aquello en
que ha sido convertida la gracia de Dios por parte de los hombres impíos:
«libertinaje». Se traduce «lascivias» en Ro. 13.13, siendo uno de los pecados
contra los que se ponen en guardia a los creyentes; en 2 P. 2.2, según los
manuscritos más comúnmente aceptados, prácticas lascivas, disoluciones, sigue a
los textos que tienen apoleiais); en el v. 7: nefanda conducta, conducta
licenciosa de la gente de Sodoma y Gomorra; en 2.18: disoluciones, practicadas
por las mismas personas que las mencionadas en Judas. La idea a destacar
es la de una conducta desvergonzada. Algunos han derivado este término de a,
privativo y selge, una ciudad en Pisidia. Otros, con una similar carencia de
probabilidad, la derivan de a, privativo, y selgo, o thelgo, seducir y 2.
orexis, literalmente extenderse o estirarse en pos (relacionado con oregomai,
estirarse a uno mismo, extenderse en pos); término general para todo tipo de
deseo. Se usa en Ro. 1.27: lascivia.
Colosenses 3:5 nos dice a través de Pablo, "...Haced morir,
pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas,
malos deseos..." lo que nos revela que es algo que combaten en nuestros
miembros; por otro lado el mismo apóstol le dice a Timoteo "que huya
también de las pasiones juveniles..."
Libertinaje, aselgeia (ajsevlgeia aparece 766 veces n las Sagradas
Escrituras), denotando exceso, desenfreno, indecencia, se traduce «lascivia» en
casi todos los pasajes en que aparece. Se traduce «libertinaje» en Jud. 4.
Los hogares cristianos estan siendo invadidos por lo medios de
comunicación (radio, televisión, prensa escrita y ahora último internet), en
particular las revistas, las películas, los videos y la televisión son las que
promueven la desnudez y las actividades sexuales ilícitas a una velocidad
alarmante; se jactan de que las imágenes y los relatos se harán cada vez más
explícitos en los meses siguientes, en la "cultura" (ropa, música,
"arte", bailes), en el lenguaje y la forma de divertirse.
El efecto de la pornografía es negativo sobre el concepto que el
varón tiene de las mujeres y del lugar que ocupa el sexo en la relación de
hombre-mujer es devastador, incluso en opinión de muchos científicos seculares.
La pornografía motiva las fantasías, permitiendo que los hombres conviertan
mentalmente a las mujeres solo en "carne" y sin sentimientos.
La pornografía degrada a las mujeres y hoy en día al hombre de
igual forma; mostrar cómo las mujeres son seducidas, desnudadas y tratadas como
animales constituye un repugnante ataque contra su dignidad. Jesús elevó el
papel y la dignidad de las mujeres, de modo que los cristianos sienten
repulsión cuando se atenta contra su dignidad en los materiales
pornográficos. Aunque en la actualidad la pornografía incursiona en el
sector femenino de la sociedad, es un problema mayormente de hombres, sobre
todo de solteros.
Por otro lado la pornografía es una ayuda para la
masturbación. Lo único que el afectado tiene en su mente son
imágenes de individuos apareándose como animales (aunque parezca muy duro
decirlo). ¿Cómo aprenderás que el amor es lo que estimula la vida sexual,
si solo eres inundado de información errónea?
La pornografía en sí es un crimen; sus víctimas están por todas partes, pues esta incita a las personas que en su imaginación cometan adulterio mental o fornicación; produce deseos contrarios a la voluntad que Dios tiene para nuestra vida; aviva las pasiones y la excitación sexual, especialmente en los hombres, haciéndoles peligrosos en potencia para las mujeres y los niños.
Cuando cedemos a nuestros apetitos sexuales y comenzamos a ver videos, películas y revistas explícitas o por internet, descubrimos que la pornografía causa adicción. Nos hace desear más y más materiales, y al igual que el alcohol y las drogas, destroza vidas. Luego comienza nuestra lucha con esta adicción que paraliza nuestra espiritualidad, pervierte nuestra forma de ver el mundo, deforma nuestra vida social y destruye cualquier posibilidad de que Dios nos utilize. Preocupante es el daño que la misma causa a los que quedan atrapados en ella, ya que la pornografía es adictiva.
La pornografía en sí es un crimen; sus víctimas están por todas partes, pues esta incita a las personas que en su imaginación cometan adulterio mental o fornicación; produce deseos contrarios a la voluntad que Dios tiene para nuestra vida; aviva las pasiones y la excitación sexual, especialmente en los hombres, haciéndoles peligrosos en potencia para las mujeres y los niños.
Cuando cedemos a nuestros apetitos sexuales y comenzamos a ver videos, películas y revistas explícitas o por internet, descubrimos que la pornografía causa adicción. Nos hace desear más y más materiales, y al igual que el alcohol y las drogas, destroza vidas. Luego comienza nuestra lucha con esta adicción que paraliza nuestra espiritualidad, pervierte nuestra forma de ver el mundo, deforma nuestra vida social y destruye cualquier posibilidad de que Dios nos utilize. Preocupante es el daño que la misma causa a los que quedan atrapados en ella, ya que la pornografía es adictiva.
Los adictos a la pornografía están convencidos de que todas las
mujeres se pasan el día ansiando mantener relaciones sexuales. Si una mujer se
resiste, lo que quiere en realidad es que el hombre se imponga a ella y la tome
por la fuerza; de ahí por qué tantos delitos de violaciones, adulterio,
pedofilia, sadismo, y una innumerable lista.
Es muy difícil poder dejar la pornografía. La lujuria consume,
aunque no satisface. La pornografía promete todo, pero no da nada; la
adicción jamás será comprendida en su intensidad por aquellos que no han estado
atados, tampoco el deseo que sienten los adictos. Se debe ser lo más
comprensivo y compasivo posible, ya que son hijos de Dios que tienen mucha
importancia para Él y que han cruzado sin querer esa línea invisible. Son
esclavos de una forma de vida que los conduce a la aflicción y la ruina, y no
saben cómo dejarla
Aunque se niegue, el hombre promedio sabe que la pornografía
se ha introducido en sus vidas, más bien la Iglesia del Señor que a través de su Espíritu
Santo nos está advirtiendo a cada momento. Desgraciadamente, muchos
cristianos están siendo estimulados por la pornografía y se han visto tentados
a buscar relaciones sexuales con mujeres o niños, aún cuando no las querían
llevar acabo (según nos llegan relatos hasta nuestra sección de
orientación). ¡Cuántos incestos y violaciones hay como resultado de la
excitación sexual causada por la pornografía!
La pornografía conduce a la
lujuria mental para con las mujeres, la cual el Señor Jesús condenó en Mateo
5.27–29.
Nuestros hogares cristianos
son víctimas de la pornografía y la iglesia no puede parar de forma tajante
esta lacra, pues las víctimas rara vez llegan a los consejeros. Por vergüenza principalmente, son incapaces de dar la cara, lo que hace más
difícil la solución.
Se tiene conciencia de la irrupción de la pornografía en las
iglesias porque de una u otra forma los líderes cristianos observan cambios
notorios en sus hermanos. O bien, se da a conocer el problema a través de
las personas directamente afectadas (esposas e hijos-as), incluso, se sabe de
líderes, cuyas vidas son asoladas por la esclavitud a los materiales
pornográficos.
En nuestras congregaciones encontramos a líderes cristianos que tienen graves disfunciones sexuales. En la mayoría de los casos, los problemas comienzan por haber sido víctimas de abusos sexuales en la infancia o por estar esclavizados o adictos a la pornografía desde la adolescencia o la juventud.
La pornografía destruye insidiosamente muchos matrimonios cristianos; muchas parejas casadas ven juntos películas cargadas de escenas eróticas (que hoy en día pasan como normales) o ven videos pornográficos para añadir algo de estímulo a sus vidas sexuales. En un principio, ver pornografía puede excitar y estimular a los cónyuges; pero no son los resultados iníciales los que preocupan. Sin duda que al final los resultados serán matrimonios arruinados.
Dios diseñó la sexualidad marital para que brotara en el contexto de una relación íntima y cariñosa donde siempre estuvieran presentes el cuidado del otro, la comunicación, el servicio y la ternura. Cuando esos valores se cultivan en el matrimonio, despiertan la atracción sexual, y entonces el coito se convierte en una expresión de interés y amor, una forma de decir: «Me importas. Te quiero y deseo comunicártelo con ternura».
En nuestras congregaciones encontramos a líderes cristianos que tienen graves disfunciones sexuales. En la mayoría de los casos, los problemas comienzan por haber sido víctimas de abusos sexuales en la infancia o por estar esclavizados o adictos a la pornografía desde la adolescencia o la juventud.
La pornografía destruye insidiosamente muchos matrimonios cristianos; muchas parejas casadas ven juntos películas cargadas de escenas eróticas (que hoy en día pasan como normales) o ven videos pornográficos para añadir algo de estímulo a sus vidas sexuales. En un principio, ver pornografía puede excitar y estimular a los cónyuges; pero no son los resultados iníciales los que preocupan. Sin duda que al final los resultados serán matrimonios arruinados.
Dios diseñó la sexualidad marital para que brotara en el contexto de una relación íntima y cariñosa donde siempre estuvieran presentes el cuidado del otro, la comunicación, el servicio y la ternura. Cuando esos valores se cultivan en el matrimonio, despiertan la atracción sexual, y entonces el coito se convierte en una expresión de interés y amor, una forma de decir: «Me importas. Te quiero y deseo comunicártelo con ternura».
La mayoría de los afectados a
la pornografía reconocen que no poseen una vida espiritual consagrada, sino que
solo son activistas dentro de su iglesia local, donde una vida de oración no es
su característica número uno y la lectura diaria y sistemática de la Palabra de Dios de igual
forma no los destaca. No hablamos de leer solamente, sino de alcanzar lo
que nos aconseja el mismo Señor Jesucristo, "escudriñad Las Escrituras".
Reconocemos que no existen sistemas paso a paso para salir del
vicio de la pornografía, pues en cada una de las victimas es diferente su
accionar, pero sí sabemos que lo esencial es dar el primer paso que consiste en
la confesión y la búsqueda de un compañero de oración, guía, mentor, compañero
de lucha.
Al margen de lo esencial que es una vida de oración y leerla Biblia , se debe considerar
los aspectos diarios que nos llevan a estar dentro del vicio de la pornografía,
hablamos de lugares, momentos, amistades, etc. Un primer paso a dar en la
salida del vicio es la búsqueda de todos los elementos que nos llevan a
concebir dicho pecado. Por lo tanto para poder escapar victorioso a una
vida plena, sin ataduras, es conocer cada aspecto que involucre tu pensar y tu
actuar. Debes llevar cautivo todo pensamiento a Dios, es decir, que
aunque te sea insignificante un pensamiento sexual, debes de decirlo a Jesús,
para que él tome control de ello.
Al margen de lo esencial que es una vida de oración y leer
Los sentimientos encontrados que vive una persona involucrada en
la pornografía, donde por un lado desea en el alma no volver a incurrir en esta
práctica pecaminosa y, por el otro lado reincidir buscando todos los elementos
que hacen que dicho pecado se conciba, hacen de él o ella una víctima sin paz
en las manos de Satanás.
Debes registrar cada paso que des cuando veas que vas tras la
pornografía. Debes escribir y describir los hechos, es decir, anotar en
un papel todos los espacios que ocupes, lugares que visites, amistades que
utilices para ver pornografía, aparatos como el televisor, tu computador,
diarios, revistas, etc., que uses; donde y cuando estés metido en la
pornografía; debes de llevar un registro meticuloso de cada uno de ellos, como
un investigador que requiere de evidencias. Luego que tengas todo
registrado, debes de elaborar un plan de acción junto con tu compañero de
lucha, el cual conocerá todas tus debilidades, para juntos evitar que entres en
estos lugares nuevamente, uses de estos aparatos, dinero y, todo lo que te haga
volver a reincidir.
La confesión es imperativa, como también la fidelidad a decir
cuando se ha vuelto a reincidir, para analizar cuál fue el factor que te llevó
nuevamente a cometer el mismo error. Todas las veces que sea necesario
confesar que se ha vuelto a reincidir, debes de hacerlo. El salir de la
pornografía no es inmediato; por eso, tu consejero no debe desalentarse.
Los largos ratos de oración y consejería son fundamentales.
La disposición del consejero de igual forma es importante, para que a través
del teléfono, visitas o de internet esté a mano en los momentos de
debilidad. Nunca utilices a un compañero de lucha del sexo opuesto,
porque no podrá entenderte; solo los del mismo sexo pueden ser ayudas idóneas
en esto. De igual manera cerciórate que tu compañero(a) de luchas, sea
una persona que ha vivido y salido victorioso de esta atadura, de lo contrario
será más grande tu problema.
La ayuda de una persona en la cual puedas confesarte abiertamente es imprescindible, debemos reiterarlo; ojalas que dicha persona haya vivido algo similar y de lo cual ha salido victorioso(a),. Es de suma importancia, pues ella llevará un control de ti a través de una orientación, consejería, y del aliento, si es que llegas a reincidir. Es necesario que pases mucho tiempo con esta persona donde puedas confidenciarte íntegramente, con el fin de encontrar en él o ella a una amigo(a) que sabrá llevarte a diario a Jesús, quien es el único que puede sacarte de la pornografía.
La ayuda de una persona en la cual puedas confesarte abiertamente es imprescindible, debemos reiterarlo; ojalas que dicha persona haya vivido algo similar y de lo cual ha salido victorioso(a),. Es de suma importancia, pues ella llevará un control de ti a través de una orientación, consejería, y del aliento, si es que llegas a reincidir. Es necesario que pases mucho tiempo con esta persona donde puedas confidenciarte íntegramente, con el fin de encontrar en él o ella a una amigo(a) que sabrá llevarte a diario a Jesús, quien es el único que puede sacarte de la pornografía.
Las experiencias demuestran que inicialmente es difícil llegar a
este punto; por eso es importante que ambas personas entren en un compromiso
ante el Señor, un compromiso de luchar esta guerra espiritual; los resultados
te sorprenderán. Desde ya te damos a conocer que serás muy pronto
victorioso y en otros casos no tan rápido. Serás un nuevo soldado que se suma a
la lista de los que han vencido la pornografía y así podrás ayudar a otros que estén
viviendo esta difícil realidad.
Finalmente debes saber que quienes estudian la demonología han
dado a conocer que los demonios de la sexualidad pervertida, y potestades que están
a cargo de esta área de maldad, son los segundos más poderosos de la jerarquía
de las tinieblas. Por lo tanto es necesario reiterar que la ayuda de
nuestro Señor Jesucristo es imperativa. ¡Desde ahora ya sabes por qué te
es tan difícil salir de esta atadura!